La Fe

Introducción.

La Biblia nos dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).

La fe es necesaria para la salvación del hombre, pues la Escritura declara “Que el justo por la fe vivirá” Romanos 1:17. Por esa razón nosotros necesitamos entender que es la fe, para que podamos alcanzar la salvación.

1. ¿Qué es la fe?

La fe no es un sentimiento, mucha gente piensa que si no sienten nada fuerte en su interior, algo así como un emoción fuerte en su corazón, entonces dicen, “No tener fe”. Pero la fe no es “un sentir algo en nuestro interior“. La palabra fe, viene del griego PISTIS, y es “una firme persuasión, una convicción basada en lo oído”. Así pues, lejos de ser un sentimiento, la fe es el estar plenamente convencido, es confianza plena.

2. El origen de la fe.

Según la definición de fe vemos que es una convicción basada en lo oído, por lo tanto es importante que nosotros descubramos cual es la base y origen de nuestra fe.

Mucha gente dice tener fe, pero su fe está basada quizás en tradiciones enseñadas por los hombres a través de los siglos, o basan su fe en sus consideraciones personales, es cierto que la fe es esencial para agradar a Dios (Hebreos 11:6), pero no toda clase de fe agrada a Dios, la fe que agrada a Dios es aquella que tiene como base y origen en lo que Dios ha dicho en su palabra, leamos en Romanos 10:17, “Así que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios”. Según este texto la fe viene como resultado de oír la palabra de Dios, la palabra de Dios da origen a la fe y se convierte en la prueba o evidencia de la fe, es decir en la base de lo que uno cree.

Tomemos por ejemplo, para ilustrar el punto anterior Hebreos 11:7, “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe”. Dios advirtió a Noé del diluvio que Él traería sobre toda la tierra, no había ninguna prueba física o científica, que le demostrará a Noé que tal acontecimiento podría darse,. Además las cosas de las que Dios le habló a Noé eran cosas que aún no se veían, así que lo único que Noé tenía, era lo que Dios por su palabra le había dicho, no tenía  pruebas de que tal cosa pudiera suceder, pero aún así Noé creyó a Dios, estaba firmemente persuadido, que lo que Dios había dicho así sería, por eso hizo todo conforme a lo que Dios le mandó, y con temor reverente preparó el arca en la que él y su familia se salvasen.

Eso es tener fe, creer a lo que Dios a dicho en su palabra, y estar firmemente persuadidos de que es la verdad, de lo contrario tal fe será una fe vana y no agradará a Dios, puesto que no se está creyendo a Dios, sino a algo que es diferente a lo que Él ha dicho en su palabra.

3. La fe debe ser una fe viva.

La fe verdadera empieza por la receptividad nuestra al evangelio, es decir cuando estamos dispuestos a escuchar el evangelio de Cristo, entonces sigue el asentimiento mental; es decir, que después de oír lo que el evangelio enseña, estamos de acuerdo en que es verdad, luego de aceptar que lo que hemos oído de la palabra de Dios es verdad, el paso siguiente, sería hacer conforme a lo que Dios ha dicho, como en el caso de Noé, él oyó creyó e hizo conforme a lo que Dios le mandó.

Esta es la clase de fe que a Dios le agrada, a esta fe se le llama una fe viva, porque obra obedientemente a lo que Dios ha dicho, mas la fe sin obras es una fe muerta (Santiago 2:17,20,26). La fe viva, es aquella fe que impulsa a obedecer a Dios, ya que se está plenamente convencido que lo que Él ha dicho en su palabra es verdad. El hombre será salvo por fe, pero no por la “fe sola” (es decir con sólo creer) sino por la fe que obra en obediencia a Dios.

El que dice tener fe en Dios, pero no le obedece en verdad es considerado por Dios como un incrédulo, notémoslo en Hebreos. 3:18,19 “¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad”. Dios tuvo por incrédulos a los israelitas del éxodo en el tiempo de Moisés por haber sido desobedientes, es que el que no obedece no tiene fe en la palabra de Dios, Cristo es salvador del que le obedece (Hebreos 5:9). La obediencia es del agrado de Dios, por eso es importante el prestar atención a lo que Él nos dice, para que hagamos conforme a su palabra y nada más (1 Samuel 15:22).

4. La fe debe estar puesta en:

– Jesucristo. En Juan 3:16 la Biblia nos dice “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna”
– En el poder de Dios. 1 Corintios 2:5 “Para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombre, sino en el poder de Dios”
– En el evangelio. Romanos 1:16 “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”.