“Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario o avaro, o idólatra, o maldiciente o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis” (1 Cor. 5:11).
Los cristianos en el primer siglo practicaban el compañerismo, eran muy amables, se gozaban juntos, sufrían juntos, tenían entre ellos fuertes lazos que les unían, y hasta nos dice la Biblia que comían juntos en las casas con alegría y sencillez de corazón (Hechos 2:47). se asociaban para hacer la obra del Señor(Hechos 15:36), y hasta para trabajar juntos en lo secular (Hechos 18:1-3).
Es importante recordarnos, que los que son de la familia de Dios se han limpiado de la vieja levadura, dice Pablo “sin levadura como sois” (1 Corintios 5:7), es lo que son los cristianos dentro del plan de Dios “nueva masa sin levadura”. La levadura es usada en las escrituras como símbolo de corrupción y pecado, la ausencia de la levadura pues, significa la pureza que Dios demanda en sus hijos.
¿Qué del que llamándose hermano peca?
Pero cuando “alguno que llamándose hermano” se ha corrompido con el pecado o una falsa doctrina o que anda desordenadamente (Rom. 16:17,18; Tito 3:10,11; 1 Cor. 5; 2 Tes. 3:6-15), es enseñanza de Dios, que los de la iglesia local, se aparten de él, La escritura dice: “No os juntéis con” (1 Cor. 5:9,11). Esto es, que “os apartéis de él” (Rom. 16:17). Es importante comprender que el no juntarse con cierto hermano que no se arrepiente de su pecado tiene por propósito, el mantener la pureza dentro de la iglesia local, y también el de conducir al disciplinado al arrepentimiento para que se salve (1 Cor. 5:5-7).
“Con el tal ni aun comáis”, no es cuestión de simplemente NO COMER con él, sino de no hacer NADA, ni aun eso de comer con él. La Nueva Versión Internacional dice: “Ni siquiera deben juntarse para comer”. Con el hermano que no se arrepiente los miembros de la iglesia local, en ninguna manera deben reconocerlo como hermano fiel, ni tener asociación alguna con él. Comer con él, o asociarnos con él, sería una muestra de aprobación a su estilo de vida pecaminosa. ¿Hay lenguaje figurado aquí? ¿Si lo hay, que quiere decir?
Continuar asociándose con el hermano que no se arrepiente
Pero lo lamentable del asunto es que cuando alguien en la iglesia local es identificado como uno que ya no anda como es digno del Señor, los hermanos le siguen reconociendo y continúan con él como siempre, participando con él en el sentido de seguir comiendo, negociando, teniendo asociación con él etc. cuando esto sucede entonces NO HAY DISCIPLINA, y por consiguiente la pureza de la iglesia está amenazada “Un poco de levadura leuda toda la masa” (Gál. 5:9; 1 Cor. 5:6). Por otro lado, el pecador es estimulado a continuar adelante sin considerar lo grave de su situación espiritual, al vivir en el pecado, de modo que no se arrepiente, y la salvación se aleja cada vez más de él. En vista de esta actitud de algunos hermanos fieles de no querer dejar de juntarse con él hermano que no se arrepiente y aún de comer con él, Vemos que quien gana ventaja es el diablo porque el tal no cambia, no se arrepiente, se siente cómodo (2 Cor. 2:11).
¿Cómo debemos tratar y considerar al que no se arrepiente de su pecado?
De ninguna manera dice la escritura que le tratemos mal. En lugar de eso, se nos enseña diciendo “Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano” (2 Tes. 3:15), el propósito de la excomunión es salvar al hermano que se desvió de la verdad y la rectitud, pero también en el proceso, es requerido se le amoneste, es decir advertirle en base a las enseñanzas de Cristo. los fieles deben amonestarlo según la oportunidad que tengan, pues se nos dice “sepa que el que haga volver al pecador de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados” (Santiago 5:20). Esto no es obra solamente del predicador, Santiago está hablando a los hermanos en general, nótese que dice; “el que”, esto es, cualquiera hermano.
El “no comer” ¿Se refiere a Comer La Cena del Señor?
Es importante con esto, no confundir el comer la cena del Señor con una comida social, pues en 1 de Corintios 5:11, el “ni aun comáis” no se refiere a la cena del Señor sino a comidas comunes, pues en el texto de 1 Corintios 5, no se encuentra alguna frase modificadora que nos indique que se refiera a la cena del Señor.
¿No deben juntarse con el hermano que no se arrepiente, aún los miembros de su propia familia en la carne?
Otro punto dentro de este aspecto disciplinario que debe quedar bien entendido es, ¿Qué sucede cuando un miembro de la familia es excomulgado por la iglesia local? Es probable que en una iglesia local sea excomulgado algún familiar de uno o varios hermanos, quizás el hijo, el esposo, la esposa, el padre o la medre etc. ¿No se van a asociar estos familiares con él? Bueno, es evidente que de alguna manera si habrá asociación, pues la esposa tiene sus deberes con su marido, y así el marido con su esposa, y los hijos con sus padres. El sentarse juntos a comer se ha de entender no como una aprobación a su conducta de pecado, sino como un deber familiar. El comer juntos muchas veces en la Biblia significa el estar de acuerdo con el tipo de vida que vive la persona con quien se come, así en (Hechos 11:3; 16:15). La escritura nos dice que Jesús comía y bebía con pecadores (Lucas 15:2), pero es evidente que tal actitud de Cristo no era en señal de aprobación a la vida de pecado de los tales. Los pecadores que estaban con Jesús sabían que él estaba con ellos para enseñarles y no para simplemente participar con ellos de una comida que les indicara compañerismo, es decir aprobación a su manera o estilo de vivir.
En Conclusión.
Hermanos, debemos hacer siempre lo que Dios nos dice que hagamos en cuanto al hermano que ha pecado y no quiere arrepentirse. Si el Señor dice “Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros”, y, “no os asocies con el” ¿Qué es lo que debemos hacer? Pues eso, no tener asociación con él. Eso es, ¡NO tener comunión con el pecador que no se arrepiente! No debemos revelarnos contra la disciplina bíblica teniendo asociación con el hermano que ha pecado, si se presenta el caso que algunos no quieren obedecer las instrucciones de Dios en cuanto a no tener comunión con el hermano disciplinado, entonces estos últimos andan desordenadamente, y por supuesto, se debe aplicar a ellos también lo que e apóstol Pablo dice en (2 Tes. 3:6).