La perseverancia
LA EXORTACIÓN DE JESÚS A SUS DISCÍPULOS
(Mateo 24:9-14)
INTRODUCCIÓN.
Los seguidores de Cristo son llamados a perseverar en las enseñanzas del evangelio. Hay urgente necesidad de esta exhortación en la vida del cristiano, y más, cuando se está en medio de angustias y dificultades. Las enseñanzas de Jesús hacen posible tener calma, gozo y confianza en medio de las angustias y dificultades, porque ciertamente en sus palabras hay esperanza segura.
LA EXORTACIÓN DE JESÚS A SUS DISCÍPULOS.
Jesús exhorta a sus discípulos con sentido de urgencia la necesidad de perseverar. Leamos en Mateo 24:9-14 Que dice:
9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre.
10 Muchos tropezarán entonces y caerán, y se traicionarán unos a otros, y unos a otros se odiarán.
11 Y se levantarán muchos profetas falsos, y a muchos engañarán.
12 Y debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se enfriará.
13 Pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo.
14 Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundob como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.
En contexto
Jesús está por concluir su ministerio personal en la tierra, y predice la destrucción del templo que estaba en Jerusalén por manos de los romanos, lo cual en efecto ocurrió en el año 70 d.C por el general romano Tito. Al predecir Jesús la destrucción del templo está profetizando consecuentemente el fin de toda la economía de Israel como el pueblo de Dios.
Así que anima a los creyentes en él acerca de la necesidad urgente y primordial de perseverar en la fe.
Las presiones, angustias y dificultades
Las cosas previas que sucederían a la destrucción de Jerusalén serían terribles. Jesús habla, del aumento de la iniquidad o maldad, del enfriamiento que muchos tendrán en cuanto al amor hacía otros, de la traición de unos a otros, de los falsos profetas que lograrán engañar aun a los creyentes con sus falsas enseñanzas y esperanzas. Jesús habla de tiempos de tribulación de cárcel y muerte.
La inseguridad predominante que tendría la gente antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. por los romanos, sería tremenda. Política, social y religiosamente se verían seriamente afectados y muchos aun de los seguidores de Jesús morirían por causa del engaño, el odio y falta de lealtad de muchos otros. Notemos que Jesús dice a sus discípulos que 9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. 10 Muchos tropezarán entonces y caerán, y se traicionarán unos a otros, y unos a otros se odiarán.
La situación no pintaba bien para el seguidor de Jesucristo. Pero ¿Había para él oportunidad de salir con vida? ¿Cuáles eran las probabilidades? Jesús da a sus discípulos, no una probabilidad de salvar sus vidas, sino una seguridad. Él dice a sus seguidores, note el V. 13, “será salvo”. Las palabras de Jesús aseguran la salvación al creyente, no da una mera probabilidad en sus palabras, sino una seguridad, la seguridad de que serán salvos. Que esperanza y gozo proporcionaban estás palabras de Jesús a sus seguidores.
Pero notemos una cosa más en las palabras de Jesús, el Señor exhorta a sus discípulos a “perseverar hasta el fin” (Mateo 24:13). Si, serán salvos porque él está proveyendo salvación, y la asegura, pero eso no significa que no hay condición alguna para los creyentes, el Señor si establece una condición al creyente.
La perseverancia en la fe.
Jesús dice que muchos de los discípulos tropezarán y caerán (según el versículo 10), ese era un peligro, y es un peligro real para muchos de los seguidores de Jesús a causa de la tribulación, las injusticias y padecimientos. Jesús exhorta a sus discípulos a permanecer en la fe, esto es perseverar en su palabra para ser salvos, Jesucristo dice: “Pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo.” (Mateo 24:13).
¿Podían ser salvos sin perseverar? Si la respuesta es, sí, ¿Entonces que sentido tiene las palabras de Jesús en Mateo 24:13?
Lamentablemente muchos maestros enseñan que la salvación es incondicional, y que no debemos hacer nada para ser salvos. Pero la salvación es asegurada al creyente con tal que persevera en las enseñanzas de Jesús.
Esta exhortación que Jesús hace a sus discípulos en Mateo 24:13, es para nosotros los que creemos en Cristo hoy, un principio a seguir pues también tenemos para nosotros una advertencia, el apóstol Pedro inspirado por el espíritu Santo dice así (2 Pedreo 2;9-13).
9El Señor no se tarda en cumplir Su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con ustedes, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimientoc.
10Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadasd.
11Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no deben ser ustedes en santa conducta y en piedad,
12esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuegob y los elementos se fundirán con intenso calor!
13Pero, según Su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia.
Ante lo dicho por el Señor en su palabra por medio del apóstol Pedro, que inmediatamente a la venida de Jesucristo, será el fin de este mundo, debemos perseverar confiando en su promesa. Su palabra es segura y los que creemos en él y perseveramos en la fe, estaremos a salvo en los nuevos cielos y nueva tierra en los cuales mora la justicia.
Dios obra a favor de sus escogidos para que sean salvos (Mateo 24:27), Pero estos deben perseverar o mantenerse fieles, escuchando y practicando las palabras de Jesucristo (Mateo 24:13; Mateo 7:24-27).
Conclusión
Tengamos calma y confianza en medio de las dificultades y la angustia y perseveremos hasta el fin para ser salvos. Y recordemos siempre que Las enseñanzas de Jesús hacen posible tener calma, gozo y confianza en medio de las angustias y dificultades, porque ciertamente en sus palabras hay esperanza segura.
Por Alfredo Chee Amador