INTRODUCCIÓN:
La enseñanza o doctrina de Cristo sobre la oración la encontramos en muchos pasajes del Nuevo Testamento. Nos conviene estudiarlos bien. Algunos de los pasajes sobre la enseñanza de Jesús están por ejemplo en (Mateo 7:7-11; Mateo 6:5-11; Lucas 11:5-8; Marcos 13:33). Los escritores del Nuevo Testamento animaron al pueblo de Dios orar siempre (Efesios 6:18; Filipenses 4:6; Colosenses 4:2; Hebreos 5:7; Santiago 4:1-10; Santiago 5:7-9; 1 Pedro 3:7; Judas 20).
La Oración es la expresión que libre y espontáneamente sale del corazón de los fieles, y por medio de la cual hacen peticiones a Dios con sencillez de palabras.
Por medio de la oración pedimos por otros. Por medio de la oración damos gracias a Dios, pedimos su dirección, que nos guíe con su consejo. Por medio de la oración alabamos a Dios todopoderoso, que nos ama y se preocupa por nosotros ¿Cómo olvidarnos de orar?
El Nuevo Testamento contiene enseñanzas de Cristo para la iglesia en cuanto a la oración. No daremos atención en el presente estudio a la oración personal. Pero si queremos considerar que es lo que dice el Nuevo Testamento en cuanto a la oración congregacional.
LOS PRIMEROS CREYENTES PERSEVERABAN EN LA ORACIÓN.
Los primeros hombres y mujeres que obedecieron el evangelio, según nos informa Lucas en Hechos 2, perseveraban en la doctrina que los apóstoles.
Ellos fueron enseñados en sus deberes como cristianos, a juntarse en un mismo lugar para alabar a Dios. Para partir el pan, esto es para participar de la Cena del Señor, y también para orar (ver Hechos 2:42; Hechos 20:7).
Ahora bien, Lucas en Hechos 2.42, nos dice que estos primeros cristianos perseveraban en estas cosas. La palabra «perseveraban» es traducción de la palabra griega proskarturountes. Palabra que denota persistir firmemente en una cosa, y dando cuidado constante a ella. (Según el diccionario de W. E. Vine).
Lucas nos está informando que los primeros cristianos en sus reuniones persistían firmemente en la oración. La oración era algo a lo que daban constante cuidado. No era algo que hacían ocasionalmente, sino algo en lo que persistían constantemente. No prestaban poca importancia a la oración. habían sido correctamente enseñados por los apóstoles de Cristo a este respecto, y por eso se nos dice que ellos «Perseveraban … en la oración».
Cada iglesia local debe dar cuidado constante a la oración y persistir firmemente en ella. No solamente debemos juntarnos de manera solemne para participar de la cena del Señor, sino también para orar.
Lamentablemente esto no parece ser el modelo que actualmente se sigue en algunas iglesias de Cristo. Podemos notar un serio descuido en cuanto a la oración congregacional. Se presta mucha mayor atención e importancia a la Cena del Señor, la ofrenda, la predicación y los cantos. Esto está bien no descuidarlo, pero ¿Qué de la oración?
Cada iglesia local hoy, debe cuidar y dar importancia a la oración, persistir en ella, así como Lucas nos dice que hacían los primeros discípulos de los cuales él nos dice en Hechos 2. Nótese que Lucas escribe historia, nos habla de hechos tenidos ya por práctica. Y si eso agradó a Dios, es seguro que al hacer lo mismo hoy, toda iglesia de Cristo, agradará también al Señor.
LA EFICACIA DE LA ORACIÓN.
Los primeros cristianos pudieron experimentar en su relación con Dios, la eficacia de la oración. Ellos habían entendido bien las enseñanzas de los apóstoles en cuanto a la oración, y al ponerla en práctica lograron experimentar su eficacia.
Los apóstoles les enseñaron como Jesús conversaba con su Padre celestial (nosotros hoy lo podemos aprender leyendo Mateo, Marcos, Lucas y Juan), y de cómo Jesús fue fortalecido por Dios en sus momentos de angustia, después de haber orado conforme a la voluntad de Dios. Aprendieron que realmente podían alinear (por decirlo de cierta forma), sus deseos y corazón con los deseos y corazón de Dios, y de esa manera proseguir adelante con una mente y voluntad inquebrantable en el servicio fiel a Dios.
Cuando la iglesia oraba Dios escuchaba. Las iglesias de Cristo en el primer siglo nunca se sintieron defraudadas ni abandonadas por el Señor. Sabían que Dios estaba atento a la voz de su pueblo. Y así lo registró Lucas en el libro que hoy conocemos como «Hechos de los Apóstoles», o simplemente «Hechos».
LAS IGLESIAS DEL PRIMER SIGLO SON UN EJEMPLO PARA LAS IGLESIAS DE HOY.
El modelo a seguir para cada iglesia local, hoy en día, lo encontramos en el Nuevo Testamento. Por medio del Nuevo Testamento sabemos que cada iglesia se reunía para orar. Por ejemplo:
1. Oraban a Dios para que el Señor les concediera hablar con toda confianza de la palabra de Dios a pesar de las amenazas de los enemigos de la fe (Hechos 4:23-31)
2. Oraban al escoger hermanos para que estuvieran a cargo en el servicio a favor de los santos necesitados (Hechos 6:6).
3. Se reunían para orar por aquellos hermanos que estaban presos por causa de la fe (Hechos 12:5,12).
4. Oraban al comisionar a hermanos para que fueran a predicar el evangelio en otros lugares (Hechos 13:2-3).
5. Oraban al designar a los ancianos o pastores en cada iglesia y los encomendaban al Señor (Hechos 14:23).
6. Oraban para despedir a hermanos que viajaban por causa de la palabra (Hechos 21:4,5).
LA ENSEÑANZA APOSTÓLICA A LAS IGLESIAS EN CUANTO A LA ORACIÓN.
1. fueron mandadas a perseverar en la oración Colosenses 4:2; Romanos 12:2; 1 Tesalonicenses 5:17.
2. El apóstol Pablo enseñó a las iglesias a orar en todo tiempo y por todos los santos (Efesios 6:18).
3. Se les pidió orar por los que predican el evangelio (Colosenses 4:2; 2 Tesalonicenses 3.1).
CONCLUSIÓN.
Cada iglesia de Cristo hoy día debe seguir el ejemplo de las iglesias del primer siglo. Deben velar constante en oración en todo tiempo. Orar para que el evangelio sea difundido, orar por quienes predican el evangelio, orar por todos los santos, orar en momentos difíciles para que con confianza se pueda continuar predicando el mensaje del Señor. Orar para glorificar y alabar a Dios. La oración debe ser parte integral y primordial en la vida de cada iglesia de Cristo. Conforme a la enseñanza de los apóstoles, las iglesias deben perseverar en la oración.