Uno de los atributos inherentes de la esencia de la naturaleza Divina, es la omnipresencia. La Biblia nos enseñanza de la omnipresencia de Dios en pasajes tales como: Salmo 139:7-10; Amós 9:2,3; Jeremías 23:23,24; Proverbios 15:3; Hebreos 4:13.
¿Qué es la omnipresencia?
¿Qué es la omnipresencia? La omnipresencia de Dios es aquella perfección Divina, por medio la cual Dios puede estar presente en todo punto de nuestro espacio al mismo tiempo, no de manera fragmentaria o disperso, como si cada parte del universo y sus componentes tuvieran en sí una pequeña parte de Dios, sino íntegramente; es decir, Dios en todo su completo ser, está universalmente presente para todo espacio en todo tiempo.
¿Podemos comprender a perfección la omnipresencia Divina?
Muy probablemente el ser humano por no ser de la misma naturaleza de Dios y por estar limitado a un punto específico en el espacio y el tiempo, no pueda comprender cómo es que un ser pueda estar presente en todo punto de nuestro espacio al mismo tiempo. Sin embargo esto no significa la imposibilidad de la afirmación bíblica de que Dios no sea omnipresente. La Biblia nos enseña de la omnipresencia Divina, y los que somos de la fe en ella, creemos lo que nos dice de Dios, pues andamos por fe y no por vista (2 Corintios 5:7).
DIOS NO ESTÁ LIMITADO
Un punto muy importante al estudiar de la omnipresencia de Dios es llegar a comprender que tal perfección divina no le limita a Dios el manifestarse a sí mismo en un sólo lugar, de hecho la Biblia nos habla de tales manifestaciones. Podemos tomar por ejemplo Génesis 18:1,2 donde se nos dice que tres varones aparecen a Abraham pero luego en el contexto inmediato se nos dice que era Jehová V.17. Otro ejemplo de la manifestación de la Deidad en un punto específico del tiempo y el espacio se encuentra en Éxodo 33:9, donde en una nube es traída la gloria de Jehová. En Génesis 1:2, nos dice que “el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”, es de mi comprensión aquí, que la Deidad en la creación, cuando vino a existir el tiempo y el espacio, se manifestó en un punto específico del mismo, para ordenar lo desordenado.
Por lo tanto, no sería correcto afirmar que cuando Dios entró para manifestarse en un punto específico del tiempo y el espacio, al hacerlo, dejó sus atributos Divinos, como el de la omnipresencia. Si se admite tal afirmación, entonces esto nos llevaría a la conclusión de que Dios dejo de ser Dios, todo el tiempo durante el cual se manifestó en alguna parte del espacio. Esto no puede ser posible, puesto que los atributos que hacen a algo o alguien lo que es, son intrínsecos a eso a que pertenecen.
Cristo, es Dios manifestado en carne
Ahora bien, Cristo es Dios, (Romanos 9:5; Tito 2:11; 2 Pedro 1:1) es Dios hecho hombre (Juan 1:1,14). Por lo tanto, la encarnación de Dios es otro ejemplo de su manifestación divina dentro del tiempo y el espacio, en un punto específico del universo (1 Timoteo 3:16 “Dios fue manifestado en carne”). ¿Dejó de ser el Dios encarnado omnipresente? Evidentemente, NO. Y la evidencia de esto lo podemos ver a través del Nuevo testamento, Cristo en los días de su carne, es decir, durante su ministerio aquí en la tierra, él demostró tener el atributo Divino de la omnipresencia.
Un ejemplo de la omnipresencia de Cristo lo encontramos en Mateo 18:20 “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Jesús usa el tiempo presente al decir “están” “estoy” y no el futuro. Si no era omnipresente ¿Por qué les haría Jesús una promesa a sus discípulos que no pudiera cumplir estando él en la carne?
Otro ejemplo que el Nuevo Testamento nos da concerniente a la omnipresencia de Cristo es Juan 3:13 “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo”, este versículo de la Biblia presenta a Dios en la carne, diciendo él, estando en la tierra encontrarse al mismo tiempo en el cielo. Es evidente el hecho de que el cuerpo físico de Jesús, estuvo en un solo lugar al mismo tiempo, pero Cristo como Dios no está limitado al tiempo y al espacio véase 1 Reyes 8:27.
En Mateo 28:20 “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”, después de su resurrección Jesús se fue a los cielos, y aunque estuviera en el cielo, momentos antes de irse él prometió a sus discípulos que estaría con ellos, las palabras de Jesús fueron “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” y vemos que Él puede estar en el cielo a la diestra de Dios y con sus discípulos en la tierra y al mismo tiempo presente para todo punto del espacio a fin de sustentar todas las cosas con la palabra de su poder (Colosenses 1:17; Hebreos 1:3).
Cristo, nuestro omnipresente Dios
Cristo por ser omnipresente es capaz de ayudar, librar, amar, suplir todos nuestras necesidades, y estar con todos siempre. Jesucristo es competente para cuidar de los suyos en donde quiera que estos estén. Esto nos debe dar confianza y gran esperanza, y no sólo eso, sino que también esto nos debe motivar a mantenernos firmes en sus enseñanzas porque sabemos que hemos creído no en alguien que está limitado. No olvidemos que así como Dios el Padre es descrito en la Biblia como omnipresente (Jer. 23:23,24), también Cristo es descrito de la misma manera (Efesios 4:10).
Permanezcamos fieles a la doctrina de los apóstoles respecto a la Divinidad de Cristo.
Por: Alfredo Chee Amador