Todos los estudiantes de la Biblia están familiarizados con el término “Evangelio”. Reconocemos que el Evangelio es el poder de Dios para la salvación (Rom. 1:16). La palabra Evangelio “Originalmente significó una recompensa por las buenas noticias; luego significó la idea de la recompensa; y finalmente significó, las buenas nuevas mismas “ (W.E. Vine, Expository Dictionary of New Testament Words).
LOS HECHOS DEL EVANGELIO
El Evangelio de Cristo tiene hechos que deben ser creídos, mandamientos que deben ser obedecidos y promesas que disfrutar. El Apóstol Pablo estableció los hechos básicos del Evangelio al decir, “evangelio que os he predicado, el cual también perseveráis; Por el cual así mismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que así mismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día conforme a las Escrituras (1ª Cor. 15:1-4). Pablo esta hablando del evangelio, él cual él predicó, y el cual él recibió por revelación (Gal. 1:12). Los Corintios lo habían recibido, habían permanecido en él y eran salvos por él. ¿Qué contenía este evangelio?. Hay tres hechos del Evangelio: (1) Cristo murió por nuestros pecados; (2) Él fue sepultado; (3) Él fue levantado de la muerte al tercer día. ¿Qué hay de bueno sobre la muerte del único perfecto hombre en el mundo?. La única manera en que la muerte de Cristo puede ser llamada las buenas noticias; es cuando sabemos que él “murió por nuestros pecados”. Y es precisamente esto, lo que hacen las noticias de Su muerte las buenas nuevas.
LOS MANDAMIENTOS DEL EVANGELIO
El sólo hecho que Jesús murió por nuestros pecados no garantiza la salvación. Jesús mando a los apóstoles a “predicad el Evangelio a toda criatura” (Mar. 16:15). ¿Qué posible bien podría venir de la predicación a todo el mundo de los hechos del evangelio?. El hecho que Jesús murió por nuestros pecados hace posible nuestra salvación. Los apóstoles debían hacer más que solo predicar los hechos del evangelio; por ejemplo, ellos también dijeron a los hombres lo que debían hacer para ser salvos (vea Hech. 2:36-38; 16:30-33). No somos salvos sólo por creer que Jesús murió; aunque no pudiéramos ser salvos sin su muerte. Jesús dijo, “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado” (Mar. 16:16). En el registro del evangelio, según Lucas, él declara que el Señor dijo, “Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén” (Luc. 24:46-47). De modo que para ser salvos por el evangelio, hay ciertos mandamientos que deben ser obedecidos; Los cuáles son: (1) Creer que Jesús es el Hijo de Dios (Hech. 8:37), (2) Arrepentirse de los pecados (Hech. 2:38), (3) Ser bautizados (Hech. 22:16).
Aunque “…la palabra verdadera del evangelio ..ha llegado.. a todo el mundo” (Col. 1:6-7), es un hecho que no todos estarán dispuestos a creerlo y obedecerlo. Unos estarán dispuestos a creer, pero no a confesar esa fe en Jesús (Jn. 12:42). Unos se arrepentirán, pero no estarán dispuestos a ser bautizados (Hech. 26:28). Todavía, algunos lo creerán, pero no lo obedecerán. Y respecto a esto el registro Bíblico dice: “Mas no todosobedecieron al evangelio…” (Rom. 10:16). Creer al Evangelio es una cosa, pero obedecerlo es otra!. La fe que salva es la fe que obedece. El escritor a los Hebreos declaró, que Cristo “ vino a ser autor de eterna salvación para los que le obedecen ” (Heb. 5:9).
La salvación incluye la obediencia a todos los mandamientos del evangelio. Y Jesús dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado” (Mar. 16:16). Para quienes reclaman que el bautismo no es esencial para salvación. Uno no puede ser salvo sin el bautismo. Pedro dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros… para perdón de los pecados…” (Hech. 2:38), lo cuál significa, que uno no puede tener el perdón de pecados sin el bautismo. Ananías le dijo a Saulo: “Levántate, y bautízate, y lava tus pecados invocando su nombre” (Hech. 22:16). Uno no puede lavar sus pecados sin el bautismo. Y Jesús les dijo a sus discípulos “Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mat. 28:19). Uno no puede convertirse en un discípulo de Jesús sin el bautismo.
No sólo el bautismo es un mandamiento del evangelio, sino es imprescindible para su salvación. El Espíritu Santo através del apóstol Pedro lo dejo claro: “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva. (1ª Ped. 3:21)
LAS PROMESAS DEL EVANGELIO
El Evangelio tiene promesas que pueden ser recibidas y disfrutadas por aquellos que creen los hechos y obedecen los mandamientos del evangelio. El Señor dijo, “ el que creyere y fuere bautizado será salvo ”. Pedro predicó “ arrepentíos y bautícese cada uno… para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo ”. Juan escribió; “ Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna “. (1ª Juan 2:25). Para los que creen y obedecen el evangelio estas son las promesas para disfrutar: (1) Salvación, (2) Perdón de pecados, y (3) Vida Eterna; entre otras. (Vea Ef. 1:3-11; 2ª Ped. 1:4; 2ª Ped. 3:13)
¿PREDICAMOS TODOS EL MISMO EVANGELIO?
¿Qué tiene en mente cuando decimos el mismo evangelio? Si usted quiere decir, que todos predicamos los mismos hechos del evangelio; yo le diría que ¡Sí! ; todos predicamos los mismos hechos del evangelio; por ejemplo, la muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo. Pero mis amigos, hay más envuelto en el evangelio que los hechos. ¿Predicamos todos el mismo evangelio? Si usted tiene en mente las promesas del evangelio; Yo le diría que ¡Sí! ; porque todos predicamos las mismas promesas del evangelio; por ejemplo: La salvación, el perdón de pecados y la vida eterna. Entonces, esto empieza a aparecer que todos predicamos el mismo evangelio; debido a que todos predicamos los mismos hechos y las mismas promesas.
Pero hay mandamientos en el Evangelio; de modo que, ¿Predicamos todos los mismos mandamientos? ¡No!. Aquí esta la diferencia. Algunos predican que uno es salvo antes de creer, Otros enseñan que debemos bautizar a los bebés para su salvación. Otros enseñan que somos salvos por la “fe solamente” diciendo que el pecador es salvo cuando uno cree en Jesús como su salvador. Todavía otros, predican que el pecador es salvo cuando se arrepiente y ora ante un altar. Todo lo cual no tiene fundamento Bíblico para ser creído y enseñado. Uno es salvo cuando cree los hechos del evangelio, se arrepiente de sus pecados y es bautizado en el nombre de Jesucristo.
¿Ha Obedecido a los mandamientos del Evangelio? Si no, estamos para ayudarle en su obediencia al Evangelio de Cristo. Recuerde que Dios “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1ª Tim. 2:4).
Por Billy Moore
Traducido del inglés
por Armando Ramírez
Mayo de 1997