El cristiano no debe considerar la temporada de la llamada Navidad como si éste fuera un tiempo (o el 25 de diciembre, un día) de significado religioso. La Biblia enseña que cuando nació Jesús, su nacimiento fue causa de gran gozo. La razón de tal celebración es explicada por los ángeles y registrada por Lucas en (Lucas 2:11). Las buenas nuevas de que un Salvador había nacido, y que este Salvador era Cristo el Señor, era una noticia que provocaría gran gozo a todos los que la oyeran en Israel. María misma guardaba estas cosas y las meditaba en su corazón (Lucas 2:19). Nosotros, los cristianos, nos gozamos en el hecho de que Jesús, el Cristo haya nacido y participado de carne y sangre, pues de otra forma no hubiera sido posible que él fuera nuestro Salvador (ver Hebreos 2:14-15). Pero no encontramos en las Escrituras del Nuevo Testamento nada que indique que la iglesia primitiva celebrara en algún tiempo y con significado religioso el nacimiento de Jesús. El único memorial ordenado para ser celebrado por la iglesia, es aquel que el mismo Jesús, el Cristo, instituyó antes de su muerte en la cruz, cuando comió la pascua con sus discípulos, esto es la cena del Señor. El hecho de su muerte y no de su nacimiento es el que era anunciado por la iglesia, tal como fue enseñado por el apóstol Pablo a la iglesia de Cristo en Corinto (1 Corintios 11:23-26).