Guarda tu corazón, así nos dice (Proverbios 4:23).
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de el mana la vida.
El corazón es la fuente de nuestra conducta, debemos velar para que de él salgan actividades santas, según las normas de Dios, y que le agraden a Él. Es fácil fantasear en nuestros pensamientos con malos deseos, codicias etc. Por lo que se nos insta a guardar el corazón. Guardamos el corazón albergando buenos pensamiento y desechando los malos. Guardamos nuestro corazón cuando ponemos nuestro afecto en aquellas cosas que lo merecen y que Dios ama.
Las consecuencias que podríamos sufrir si no guardamos nuestro corazón serían fatales. Las Sagradas Escrituras nos dicen que los israelitas provocaron a Dios en sus corazones (Salmos 78:18). Por lo que Jesús advierte acerca del corazón contaminado en Marcos 7:20-23.
20 Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre.
21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,
22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.
23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre
Notemos que en el versículo 23, Jesús llama a todas esas cosas por él mencionadas, “maldades”, y dice que estás maldades salen de dentro y contaminan al hombre.
Ahora bien, Jesús promete que los limpios de corazón verán a Dios (Mateo 5:8). Así que Dios desea trabajar en nosotros desde dentro hacía fuera. Limpiando nuestro corazón.
El servicio a Dios de los creyentes en Cristo, no es solamente el externo, el apóstol Pablo habla de “vuestro culto racional” en (Romanos 12:1) es decir; el del ser interior.
Se ha preguntado alguna vez ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Será correcto esto que hago delante de Dios?
Salomón nos exhorta a hacerlo Nos dice: “Examina la senda de tus pies” (Proverbios 4:26). y, una vez que hayas escogido el sendero recto, no te desvíes a ningún lado (v. 27).