Dios nos bendice a través de sus enseñanzas

Introducción.

      A. Todos queremos las bendiciones de Dios, pero no todos quieren sus enseñanzas.

      B. “Dios está cerca”… “Dios nos bendice”…“Dios nos cuida”… pero ¿cómo?

     ¡Sus bendiciones y sus enseñanzas son inseparables!

            C. Lamentablemente muchos hablan de las bendiciones de Dios y las quieren, pero no les interesan las enseñanzas de Dios. 2 Tim. 3:16, 17,” Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.

            D. Repito: Las bendiciones de Dios y las enseñanzas de Dios son inseparables.

            E. Efes. 3:20, “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” y ese “poder” es el evangelio (Rom. 1:16).

            F. Fil. 2:13, “Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. ¿Cómo lo hace? 1 Tes. 2:13, “la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes”. Si no aprendemos, creemos, practicamos la Palabra de Dios, Él no puede actuar en nosotros.

I. Dios sí tiene bendiciones incondicionales para toda la humanidad.

            A. Mat. 5:45, “vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”. Luc. 6:35, “él es benigno para con los ingratos y malos”.

            B. Hech. 14:17, “si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones”.

            C. Hech. 17:25, 28, “él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas… Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos”.

            D. En resumen: Sant. 1:17, “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.

                  1. Aquí está “la providencia de Dios”. TODA cosa buena es de Dios.

                   2. Por eso, no hablar de “buena suerte”, “muy afortunados”, etc.

II. Para que todos busquen a Dios.

            A. Siempre ha sido la voluntad de Dios que los hombres le busquen (Hech. 17:27) para conocerle y servirle y recibir sus bendiciones.

            B. “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”, Isa. 55:6, 7.

            C. Isa. 55:8, “Porque”. Los versículos 8 y 9 dan la razón por qué deberíamos buscar a Jehová. “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.

                        1. El hombre es creado limpio y sano, pero “el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud” (Gén. 8:21; Ecles. 7:29).

                        2. Por eso, los pensamientos y caminos del hombre no coinciden con los de Dios.

            D. Los pensamientos y caminos de Dios son muy superiores a los pensamientos y caminos nuestros.

                        1. 1 Tim. 4:8, “el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera”.

                        2. 1 Ped. 3:10, “Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; 11 Apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal” .

                        3. Efes. 6:3, “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. 2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”.

            E. Isa. 55:10, 11, “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.         

                        1. Como la lluvia y la nieve suaviza la tierra, la refresca para que produzca vegetación, así también la palabra de Dios (sus pensamientos, sus caminos) produce vida, gozo y toda clase de bendición para el hombre obediente.

                        2. Como dice Heb. 4:12, “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz”.

III. Los “caminos” de Dios incluyen las instituciones de Dios.

            A. El matrimonio es institución divina. El hogar (la familia) trae bendiciones incalculables al hombre. En tiempos modernos muchas parejas viven fuera del matrimonio. Se oye mucho de niños nacidos fuera del matrimonio, de padres solteros, aun de parejas homosexuales.

                        1. ¿Pero qué tanta felicidad producen estos caminos torcidos de los hombres?

                        2. Se oye también de pobreza, de niños traumatizados, de abuso, y de pura miseria.

                        3. Dios está cerca, nos bendice, nos cuida a través del matrimonio, la familia, el hogar y los que pisoteen este arreglo de Dios sufren la consecuencia.

            B. La iglesia, otra institución divina. Muchos dicen que no es necesario ser miembro de la iglesia, pero los que hablan así rechazan otra bendición muy especial de Dios.

                        1. En primer lugar, los salvos son añadidos a la iglesia, Hech. 2:47;  por eso, los que rechazan la iglesia rechazan la salvación. Obsérvese el proceso de la salvación: Hechos 2:36, 38, 41, creer, arrepentirse, bautizarse para el perdón de pecados y ser añadidos a la iglesia (v. 47). El “bautismo” que no es “para perdón de pecados” (para ser salvos, Marcos 16:16) no es bautismo bíblico y no vale.

                        2. Efes. 3:21, “a Él sea la gloria en la iglesia en Cristo Jesús”; es decir, en la iglesia que Cristo estableció (Mat. 16:18; Hech. 2:47; Rom. 16:16). Porque en la iglesia cantamos himnos, oramos, enseñamos y predicamos la Palabra de Dios, participamos de la cena del Señor cada primer día de la semana (Hechos 20:7) y ofrendamos (1 Cor. 16:2). Este es el culto “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24) que el Señor requiere.

                        3. A través de la iglesia Dios nos bendice ricamente. En la iglesia encontramos unidad, felicidad, amor fraternal, comunión (compañerismo), apoyo, ayuda de toda clase. Al rechazar la iglesia la gente rechaza todos estos beneficios y bendiciones.

            C. El gobierno, otra institución divina, Rom. 13:1, “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”. Pablo no dice, “Sométase a las leyes que le gusten o que le sean convenientes”. No dice “Sométase a las leyes con la excepción de las leyes del tránsito y las de la inmigración”.

                        1. Aunque uno no esté contento con todo lo que hagan los gobernantes, recuérdese que este arreglo es de Dios y es una bendición muy grande. Compárense los países donde hay pura anarquía y caos. ¡Cómo sufre la gente!

                        2. Es importante observar que Pablo dice (v. 7), “Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra”. Aunque cierto hombre (presidente, gobernador) no sea digno de respeto, es necesario respetar el oficio porque es ordenado por Dios.

 IV. “Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas”. 2 Ped. 1:3, “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia”. 2 Tim. 3:14, 16,17. 1 Jn. 5:20, “el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento”. “Dios os guarde en su santo amor; os conduzca su bandera, y os esfuerce en gran manera, con su Espíritu Consolador”. ¿Cómo? El entendimiento de la palabra de Dios (la voluntad de Dios) es indispensable para que uno reciba “toda bendición espiritual en Cristo” (Efes. 1:3).

            A. Sobre todo la salvación, la redención, el perdón de los pecados. Mar. 16:16, “el que crea y sea bautizado será salvo”: Hechos 2:38, “Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para el perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Para obtener el perdón (salvación de Dios) es necesario creer que Cristo es el Hijo de Dios (Dios el Hijo), arrepentirse de los pecados, confesar a Cristo (Hechos 8:37) y ser bautizado (sumergido en agua, Rom. 6:3, 4, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Mat. 28:19, PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS (Hechos 2:38). Estos textos son muy sencillos y explícitos. El mundo evangélico dice que el bautismo no es esencial para ser salvo de los pecados pero al enseñar así contradicen a Cristo y al Espíritu Santo.

            B. Entonces recibimos la bendición de la reconciliación con Dios (para poder tener comunión con Dios), el privilegio de orar a Dios. ¿Cómo sería su vida si no hubiera recibido el perdón de Dios? ¿Si todavía fuera enemigo de Dios? ¿Si no pudiera orar a Dios llamándole “Padre”?

            C. Paz con Dios. “Dios os guarde en su santo amor; en la senda peligrosa, de esta vida tormentosa, os conserve en paz y sin temor”. ¿Cómo? Rom. 5:1, “Justificados, pues, por la fe (el evangelio, Judas 3) tenemos paz para con Dios por medio de … Cristo”. ¿Qué tanta felicidad habría en su vida si no tuviera paz con Dios? ¿Si todavía fuera enemigo de Dios (Col. 1:21)?

            D. Esperanza. Rom. 8:24, “Porque en esperanza fuimos salvos”. 1 Tes. 5:8, “vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo”. ¿Cómo están los que viven sin Cristo y sin esperanza? ¿Hay miseria más grande que la de los que vivan sin esperanza? Heb. 6:18, la esperanza es el ancla del alma y sin ancla el hombre vive a la deriva.

            E. Contentamiento, una vida sin afán. “En tus afanes y en tu dolor, Dios cuidará de ti”. ¿Cómo? Fil. 4:6, 7,11,13. “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús… he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación… Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

            F. Conciencia limpia. 1 Ped. 3:21, “El bautismo … nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios)”.

            G. Salida de la tentación. “En lucha cruel con el tentador, Dios cuidará de ti”. ¿Cómo?

 1 Cor. 10:13, “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. ¿Cuánto vale esto?

                        1. Imagínese la condición de aquellos que no puedan escapar de las tentaciones.

                        2. Por ejemplo, 1 Cor. 7:2, “a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido”.        

                        3. Desde luego, la salida principal es la que usó Jesús (Mat. 4:1-11) cuando dijo al diablo, “Escrito está”. Oyendo esto “el diablo entonces le dejó”. Sant. 4:7, “resistid al diablo y huirá de vosotros”.

                        4. “Tu verdad es mi sostén contra duda y tentación y destila calma y bien cuando asalta la aflicción. Es tu ley, Señor, Faro celestial, que en perenne resplandor, norte y guía da al mortal”.

            H. Armadura espiritual para las luchas de la vida. Efes. 6:10-18, la verdad, justicia, evangelio, fe, salvación, espada del Espíritu (la palabra)..

            I. Consuelo en las pruebas. “En horas negras de adversidad, Dios cuidará de ti”. ¿Cómo?

2 Cor. 1:3, 4, “Padre de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones”. Pero la persona que sigue sus propios caminos está sola y soporta sus pruebas de manera confusa, resentida, amargada, y en su ignorancia culpa a Dios.

            J. Y, por último, estar preparado para morir. Fil. 1:21, “para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”, pero los que vivan sin Cristo no están nada preparados para morir. Sólo oirán palabras de condenación, “apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mat. 7:23).

            K. En realidad, como Pablo dice, TODAS LAS COSAS.

                        1. Rom. 8:32, “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

                        2. 2 Cor. 9:8, “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”.

                        3. 1 Tim. 6:17, “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”.

Conclusión.

A. “Cerca de ti, Señor, quiero morar… llena mi pobre ser, limpia mi corazón…”

            B. Siempre que hablemos de las bendiciones de Dios, pensemos al mismo tiempo en sus enseñanzas, porque la gente que habla mucho de Dios y cómo aman a Dios y cómo tienen a Cristo en su corazón, etc. y no hacen caso a sus enseñanzas se engañan solos y en Aquel Día serán decepcionados.

            C. Jesús dice (Jn. 6:63), “las palabras que yo os  he hablado son espíritu y son vida”.